Cloro en la piscina puede afectar a bebés

Un estudio llevado a cabo por la Universidad Católica de Lovaina (UCL) en Bélgica vincula el uso del cloro en las piscinas a la aparición de enfermedades pulmonares en bebés que practican con regularidad la natación antes de los dos años y en niños con propensión a padecer alergias.

El informe, elaborado a petición del Instituto de Bruselas para la Gestión del Medio Ambiente, indica que el cloro es especialmente perjudicial para los bebés y los niños con predisposición genética a desarrollar alergias, explicó Alfred Bernard, de la Unidad de Toxicología de la UCL, en una entrevista publicada hoy por el semanario belga «Le Generaliste».

El estudio indica asimismo que, por cada 100 horas acumuladas de asistencia a piscinas donde se emplea el cloro, el riesgo de padecer asma se multiplica por 60 y que, a la edad de dos años, existe una clara diferencia entre los niños que han frecuentado con asiduidad una piscina de estas características y quienes no lo han hecho.

El riesgo de un diagnóstico de asma es mucho más alto en los primeros, así como el de padecer bronquitis, eccemas y síntomas respiratorios como la opresión torácica, añade el informe.

Los experimentos llevados a cabo han demostrado, por otro lado, que los efectos de la toxicidad de la tricloramina, una sustancia altamente concentrada en el cloro y que se inhala muy fácilmente, no se detiene en las vías respiratorias superiores, sino que puede irritar la parte más profunda del pulmón.

Bernard recomendó a los grupos de riesgo que, en caso de que a pesar de todo frecuenten las piscinas, elijan aquellas donde el olor a cloro no sea muy intenso y cuenten con sistemas de ventilación y eliminación de esta sustancia.

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